¡Adiós al Príncipe de las Tinieblas! Ozzy Osbourne se Despide a lo Grande
El mundo del rock y el metal está de luto (musicalmente hablando, claro). Ozzy Osbourne, el legendario Príncipe de las Tinieblas, se despidió de los escenarios con un concierto épico en su ciudad natal, Birmingham, Inglaterra. Unos 40,000 fans se congregaron en Villa Park para rendir homenaje a una carrera que ha definido generaciones.
Un Adiós con Amigos y Mucho Metal
El concierto, titulado "Back to the Beginning", fue un festival de metal de 10 horas que contó con la participación de grandes nombres como Anthrax, Metallica y Guns N’ Roses. Pero el momento más esperado fue, sin duda, la reunión de Black Sabbath, la banda que catapultó a Ozzy a la fama mundial.
Por primera vez en 20 años, Ozzy Osbourne se reunió con sus compañeros de Black Sabbath: Tony Iommi, Terence “Geezer” Butler y Bill Ward. Juntos, interpretaron un set corto pero contundente, culminando con el clásico "Paranoid", que hizo vibrar a todo el estadio.
Un Rey en su Trono
A pesar de su diagnóstico de Parkinson, Ozzy Osbourne demostró que el espíritu del rock sigue vivo en él. El cantante, de 76 años, interpretó varias canciones en solitario antes de la reunión de Black Sabbath, sentado en un trono negro que se elevó desde debajo del escenario. "¡Que comience la locura!", exclamó al tomar el escenario, demostrando que su energía y carisma siguen intactos.
"No sé qué decir, he estado postrado en cama durante seis años. No tienen idea de cómo me siento, gracias desde el fondo de mi corazón", dijo Osbourne al público, visiblemente emocionado. "Todos ustedes son especiales. Vamos a volvernos locos, vamos".
Un Legado Imborrable
Ozzy Osbourne formó Black Sabbath en 1968 en Birmingham, una ciudad que se convirtió en el crisol del metal británico. Con su imaginería diabólica y su sonido atronador, Black Sabbath se convirtió en una de las bandas más influyentes de la época. Tanto la banda como Ozzy como solista han sido incluidos en el Salón de la Fama del Rock & Roll.
El concierto de despedida de Ozzy Osbourne fue una celebración de una carrera legendaria y un testimonio del poder del rock and roll. Un adiós a un ícono que ha dejado una huella imborrable en la historia de la música.