La Unión Europea impuso una multa de 120 millones de euros a la plataforma X (anteriormente Twitter) propiedad de Elon Musk, debido a su sistema de verificación de cuentas mediante el distintivo azul. La Comisión Europea argumenta que al permitir que los usuarios paguen por esta verificación sin una comprobación real de su identidad, la plataforma “engaña a los usuarios” y los expone a estafas, suplantaciones y otras formas de manipulación.
La reacción desde Estados Unidos no se hizo esperar. Figuras como el Secretario de Estado Marco Rubio y el presidente de la FCC, Brendan Carr, criticaron duramente la decisión, acusando a la UE de atacar y censurar a las empresas tecnológicas estadounidenses. Rubio llegó a afirmar que la multa no solo es un ataque a X, sino a todas las plataformas tecnológicas americanas y al pueblo estadounidense. Elon Musk respaldó estas declaraciones con un rotundo “absolutamente”.
Carr, por su parte, acusó a la Comisión Europea de atacar a X simplemente por ser “una exitosa empresa tecnológica estadounidense”. Añadió que Europa está “gravando a los estadounidenses para subsidiar un continente frenado por las propias regulaciones sofocantes de Europa”. Estas críticas se suman a las declaraciones del Vicepresidente estadounidense JD Vance, quien acusó a la UE de castigar a la plataforma “por no participar en la censura”.
El experto en redes sociales Matt Navarra señaló que la multa no es solo un castigo, sino una declaración de la voluntad de la UE de hacer cumplir su regulación de las empresas tecnológicas.
Además de las críticas por el sistema de verificación, los reguladores de la UE también señalan que X no proporciona suficiente transparencia en torno a su publicidad y no facilita el acceso a los investigadores para analizar la plataforma.
¿Ataque a la libertad de expresión o regulación necesaria?
El debate sobre la multa a X plantea interrogantes importantes sobre el equilibrio entre la libertad de expresión y la necesidad de regular las plataformas digitales para proteger a los usuarios de estafas y desinformación. Mientras que algunos argumentan que la UE está excediendo sus límites e intentando censurar a las empresas estadounidenses, otros defienden que la regulación es necesaria para garantizar un entorno digital más seguro y transparente.
El futuro de la regulación digital
Este caso podría sentar un precedente importante para la regulación de las plataformas digitales a nivel global. La tensión entre Estados Unidos y la Unión Europea en este tema refleja las diferentes visiones sobre el papel del gobierno en la regulación de la tecnología y la libertad de expresión en el mundo digital.